Curiosidades

14.04.2014 19:03

¿Por qué crees que hay países en los que está prohibido enseñar la evolución biológica en las escuelas?

Nosotros hemos llegado a la conclusión de que no se enseña la evolución biológica en algunas escuelas debido a que, dichas escuelas podrían ser religiosas. Por lo tanto, el claustro de profesores no pretenden enseñar a sus alumnos las distintas ideas evolutivas que existen porque cada escuela tendrá sus creencias. Por ejemplo, en un colegio católico creen en Dios y en que él ha creado al hombre y a la mujer, etc.
 
Otro motivo de que no se enseñe la evolución biológica en algunas escuelas es por las muchas y diferentes teorías que hay acerca de dicha evolución, y que el profesorado no quiere enseñar a sus alumnos todas estas teorías.
 
Vamos a compartir el fragmento de un artículo de prensa relacionado con este tema que nos ha parecido interesante y que os podría ayudar a comprenderlo mejor:
 
 "(...) Luego de una reflexión grupal, queremos dejar como evidencia (concepto destacable en la aceptación de teorías) algunos lineamientos conceptuales y de procedimientos y actitudinales. Proponemos la enseñanza de diferentes teorías evolutivas en la educación Secundaria, para alcanzar dos objetivos que creemos de vital importancia: (a) construir una imagen de los discursos y prácticas de los científicos y de las instituciones que los legitiman; (b) formular una nueva cartografía del análisis del conocimiento científico, promoviendo la actividad epistemológica de los mismos profesores de Biología o Ciencias Naturales. 


A partir de la explicitación de estos puntos, vamos a ampliarlos dándole un marco de fundamentación: 

Teniendo en cuenta lo afirmado en (a) queremos proponer una deconstrucción de la imagen simbólica que se tiene coloquialmente sobre la ciencia y sus producciones, retomando algunas aristas de lo que comúnmente se denomina Nueva Filosofía de la Ciencia o Epistemología contemporánea, cimentadas en la caracterización de historicidad, problematicidad y apertura. Si exhibimos las diferentes teorías desde una contextualización histórica, podemos mostrar una versión de la ciencia más allá de la presentación naíf y simplista (mágica o mítica), para adentrarnos en una complejización del quehacer científico que, sin negar el aspecto lógico, resalta el desenvolvimiento real del desarrollo de las ciencias, y traza una línea no necesariamente evolutiva, esto es, del error a la verdad. Afirmamos problemática a nuestra caracterización, porque buscamos una interpretación global de las ciencias y no meramente basada en teorías, sino que encuadra la actividad de los profesionales en un marco paradigmático del que no se tiene completo conocimiento, y rompe con la presentación clásica de soluciones acabadas y únicas, abriendo el abanico a nuevos desarrollos intelectuales. Y, por último, abierta, para dejar asentada la provisoriedad del discurso científico, resaltar los puntos inconclusos, las hipótesis tentativas, las teorías contrapuestas a modo de experiencias cruciales, y los problemas sin resolver, entre otros. Sintetizando, mostrar una imagen de la ciencia en movimiento. 

En cuanto a (b) es imperante afirmar la responsabilidad social del profesor de ciencias más allá de la presentación de fórmulas o teorías de manera aislada, sino exigir, ya no desear, que se hagan cargo de una aproximación epistemológica sobre los contenidos científicos. Que el docente se convierta en un investigador de su disciplina específica, pero también sobre su campo de estudio. En fin, queremos explicitar que se tomen las riendas de la cuestión y se comience a hacer desaparecer del currículum y de las aulas esa imagen mítica, abstracta y desrealizada de los científicos. Los primeros en hacerse cargo de esta situación deben ser los mismos que enseñan y hacen posible una aproximación didáctica y pedagógica de los conocimientos científicos. 

En síntesis, lo que proponemos radica en la posibilidad de lograr una emergencia de intereses personales, de los otros y los que se tienen en común: adentrados en el siglo XXI, ya no podemos seguir presentando a la religión como enemiga de la ciencia, sino que debemos promover los andamiajes necesarios para superar las dicotomías y producir un ambiente intelectual humano y tolerable. La presentación de los puntos centrales del darwinismo, y con ellos los de las otras posturas, enriquecerán a los ámbitos que, ideológicamente, fueron separados. La apertura a las teorías como modelos de la realidad, servirán de vehículo al diálogo. Diálogo que, en muchos lugares y en muchas ocasiones, no se concretizan. Los hombres de ciencia y de fe deberían ser uno de los conjuntos que sostengan esta caracterización antropológica. (...)"

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